
Allí fue donde San Guillermo vivió como ermitaño para cumplir la penitencia por matar a su hermana Santa Felicia. Sirviendo y ayudando a los peregrinos que pasaban por el Camino de Santiago. El santo fue martirizado muy cerca de allí, el lugar está indicado con una lápida.
Le ermita está fortificada y fue restaurada en 1964, porque estaba en muy mal estado. Se había usado como polvorín en tiempos de las Guerras Carlistas.
Es muy fácil llegar desde Puente La Reina, de Obanos e incluso desde la Ermita de Nuestra Señora de Eunate.