
Santa Felicia era hija de los duques de Aquitania. Decidió hacer el Camino de Santiago y al terminar no quiso volver a su anterior vida de riquezas y comodidades y decidió retirarse en el Señorío de Amocáin.
Aquí la encontró su hermano que quiso devolverla a su tierra, pero al negarse la santa la mató. Siendo enterrada en el Señorío.
Al parecer no debía este ser su último destino porque el ataúd de la santa milagrosamente apareció en un campo cercano. No pudiendo cargarlo entre varios hombres lo subieron encima de una mula y dejaron que el animal la llevara donde quisiera. Finalmente la mula cayó en Labiano y en ese mismo lugar se construyó la Basílica actual que es del Siglo XVI, pero reformada a finales del Siglo XX.