
De planta rectangular y muy bien restaurada. Siempre abierta y con una talla de San Bartolomé. El refugio siempre está abierto y con leña alrededor.
El trayecto más corto es desde Beorburu. Pero también es fácil llegar desde Osácar u Osinaga. O cualquier otra ruta por la zona puede tener como punto de paso esta ermita.