Son unos cien metros de calzada romana que se descubrieron en los trabajos de la concentración parcelaria de Ablitas y Cortes.
Aunque existen otros restos de calzadas en otros puntos de Navarra, este tramo es muy especial porque su estado de conservación es muy bueno y no ha sufrido modificaciones a lo largo de su historia.
Esta calzada romana era parte de la ruta que unía Tarragona con Astorga, pasando por Zaragoza, Logroño y Burgos. Por las que transitaban, en ambas direcciones, mercancías de todo tipo.
Su estado es tan bueno que se aprecian varios de sus elementos originales: el terraplén de metro y medio de altura, los bordillos y capas de cimentación. Que hablan muy bien de cómo los romanos conseguían construir carreteras muy duraderas.
Además a lo largo de los siglos, esta parte no fue cultivada, casualidad que ha permitido que llegue a nuestros días.
Existe un miliario colocado por el Ayuntamiento de Ablitas cuando se descubrió la calzada.
