Según la tradición, la construyó San Francisco, muy cerca del Oratorio, junto a un riachuelo. Y de ella bebía el santo.
Antiguamente, la llamaron Fuente de la Salud, porque sus aguas bendecidas tenían propiedades curativas para muchas enfermedades. Especialmente recomendadas para las parturientas..
Después se le llamó Fuente de San Francisco nombre que perdura hasta ahora.
Incluso se dice que San Francisco en su regreso de Compostela en 1214, dejó su concha del peregrino, y de ella bebían los enfermos para beber del agua milagrosa.
Tiempo más adelante se le añadió un lavadero, recientemente reformado.
