Este crucero muy sencillo se ubica frente al Convento de San Francisco. La leyenda dice que el convento fue creado por el mismo San Francisco en su camino a Santiago de Compostela.
Está situado sobre tres gradas. En ellas nace el pedestal cuadrado sobre el que se apoya un fuste cilíndrico. En este fuste se ve los restos de alguna figura que es imposible imaginar de que se trataba.
Termina el crucero en un capitel rematado por una cruz sin ningún tipo de adorno.