La Azucarera de Cortes, llamada la Raperie, es muestra del desarrollo agroindustrial que vivió el Valle del Ebro a los inicios del Siglo XX y donde la remolacha era el producto más cultivado por aquel entonces.
El majestuoso esqueleto del edificio se yergue en medio de campos de cultivo, junto a la carretera de Cortes a Buñuel. Con su esbelta y alta chimenea que parece mantenerse en peligroso equilibrio.
Su corta vida productiva duró apenas 5 años. Su cometido: convertir las remolachas en azúcar líquido resultó ser excesivamente caro, por las distancias a donde se enviaba y y problemas con los pagos de impuestos.
Hoy sirve para el aposento de decenas de nidos cigüeñas, siendo el lugar donde más cigüeñas anidan en toda la Comunidad Foral de Navarra.
