Según cuenta la leyenda un peregrino sediento y agotado fue tentado de forma reiterada renegar de Dios a cambio de poder beber. El peregrino se negó en todas las ocasiones. A cambio rezó pidiendo la ayuda divina.
Y aquí fue donde de forma milagrosa apareció la fuente de agua cristalina donde el peregrino pudo saciar su sed y seguir su camino. La fuente ya no existe y a cambio hicieron otra nueva que también merece algún arreglo.