
La Basílica de San Gregorio, Cardenal y Obispo de Ostia, se encuentra muy cerca del Camino de Santiago, en el pueblo de Sorlada.
Es uno de los conjuntos barrocos que más sobresalen en Navarra.
Cuando murió San Gregorio su cuerpo fue transportado por una burra hasta el alto de Piñalba, lugar donde se erigió la Basílica.
Aunque recientemente recuperada del olvido, vivió años de esplendor entre los Siglos XVI y el XVIII, siendo uno de los mayores centros de espiritualidad de Navarra.